Mirando antiguas fotos me encontré y me perdí en tu recuerdo y las añoranzas de otro tiempo, otra etapa donde había otro contexto de cotidianeidad, otra rutina, otros cariños, menos vivencias y por supuesto menos madurez. Y la adolescencia se me va de las manos... por supuesto no me siento adulta pero tengo otra consciencia, y de hecho me siento más pequeña que en esa época de grandes ansias, sueños... Creía que las cosas eran diferentes y a veces me siento como lo que realmente todos somos, una pequeñísima parte de un mundo gigantesco y las ansias de cambiar el mundo que tenía se vuelven una ambición demasiado desproporcionada... Como en ese entonces lo descubrí, dar un poco de amor a los que tengo a mi alrededor es la mejor manera a mi alcance de cambiar realmente las cosas. Como quien dice, el sistema se cambia desde adentro, esta tierra podría ser un lugar mejor, más amable si todos tuviéramos un poquito más de amor en nuestros corazones, un poco más de inteligencia en nuestras cabezas y más empatía en nuestro espíritu.
Y de ese tiempo, hace dos años, hasta ahora he atravesado un camino que no imaginé. Algo bueno y que me ha traído paz a mi espíritu. Lo que debo en gran parte a este chico que tengo de compañero, y que no me cansó de decir que lo quiero y que ha completado mi existencia. Sería difícil decir que estoy en paz si no lo tuviera, estaría esperando sin descanso o peor aún, estaría sufriendo su ausencia. Fue a quien soné desde que pensé en el amor... y por supuesto, ha logrado que yo sea la persona que soy hoy.
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